miércoles, 5 de agosto de 2009

LACTANDO CON AMOR A DISTANCIA

Volver al trabajo después de pasar 84 días con el hijo, puede resultar complicado para algunas mujeres, porque ya no estarán presentes a toda hora para sumistrar leche materna. Ambos pueden estar tranquilos si se siguen las siguientes recomendaciones.

Durante los nueve meses de gestación, la madre asume que el cuerpito de ese ser que crece cada día hace parte de su vida, del oxígeno que respira y de todas sus entrañas. Lo siente solo suyo, tanto que lo cuida y lo protege con la suavidad y ternura que solo puede hacerlo una madre.

Desde estos instantes, el vínculo entre mamá e hijo se empieza a afianzar: el amor y la cercanía crecen aún más cuando el bebé sale de su ‘mundo oscuro’ para seguir sintiendo, ahora más cerca, el calor de su madre. Ahora ella no quiere separarse de su hijo. Desea estar pendiente para suplir todas las necesidades que se presenten, sobre todo la función que las mujeres solo pueden hacer: alimentarlos.

Es por esto que cuando la mamá debe ingresar nuevamente a sus jornadas laborales (después de 84 días de licencia) se le hace difícil desprenderse de su criatura. Así que es necesario que la mujer anticipe su regreso al trabajo y tenga en cuenta qué debe hacer para alimentar a su hijo mientras está en su oficina.

Casos de la vida real
Edna Granados era una madre, como todas, entregada y dedicada a su primer hijo. Aunque no quería desprenderse de él, sabía que solo tenía 84 días para estar todo el tiempo con él, porque después llegarían sus obligaciones laborales. Así que un mes antes de cumplir su Licencia de Maternidad visitó la Liga de la Leche en Bogotá, para hacer el curso de Volver al trabajo en tiempo de lactancia.

“Lo más duro en ese tiempo es el desprendimiento que se debe hacer con el bebé. Es difícil pensar en la separación, tanto que uno cree que es mala madre al salir de casa y dejar al chiquito con otra persona”.

Hoy, siete años después, Edna es líder de la Liga de la Leche, lugar donde le enseñaron que un mes antes de ingresar al trabajo debería estar organizando su propio banco de leche. Este es un proceso que se debe iniciar desde que la madre comienza la lactancia, para que distribuya su tiempo y la hora diaria de lactancia durantes los primeros seis meses de vida, a la que tienen derecho todas las lactantes.

Según Leonor Peñaranda, pediatra especialista en lactancia, el primer mes de vida el bebé debe tomar leche solamente del pecho. Después de este tiempo es importante darle, por lo menos, una vez al día, con biberón.

Antes de irse al trabajo y cuando regresa de él, debe poner al bebé al pecho. Los fines de semana y los días libres deben ser aprovechados para alimentarlo todas las veces que pueda.

Es importante que la mamá tenga una reserva de leche, porque permite que si el bebé pide más alimento durante su ausencia, se supla con la leche congelada. “Esta sirve para hacer banco de leche y para acostumbrar al seno a la extracción. Además, da tranquilidad tanto a la mamá como a la persona encargada del menor”.

¿Cómo se realiza la extracción?
La recomendación por parte de los especialistas consultados es guardarla en recipientes o bolsas plásticas especiales y esterilizadas, las cuales se deben marcar con fecha y hora, para utilizarse de la más antigua a la más reciente. La leche congelada tiene una duración de 6 meses.

Ya en el lugar de trabajo, las madres deben extraer su leche, por lo menos, dos veces al día. “El ideal es que esta se refrigere, no se congele, para que se utilice más rápido, porque hay un tiempo en que no se lleva a la nevera y esto podría generar algunos inconvenientes”, señala la especialista Leonor Peñaranda.

Antes de hacerla se debe tener una higiene adecuada. Además, debe hacerse un poco de masaje sobre el seno. Lo ideal es realizarlo con una bomba, porque ayuda a la producción de leche, pero también se puede hacer manualmente. Este último procedimiento se hace de la siguiente manera: ponga el dedo pulgar en la parte superior de la areola y el índice debajo, comprima el pulgar y el índice mientras empuja el seno hacia la caja torácica y hacer presión sobre otro punto de la areola, para vaciar los conductos que llevan la leche fuera del seno. Al principio, las extracciones deben ser de 10 minutos.

Congelación y calentamiento
En tierras frías, la leche se puede dejar a temperatura ambiente bajo techo, pero en ciudades cálidas es preferible refrigerarla.

“En el trabajo pueden guardarla en una lonchera térmica y cuando lleguen a casa deben refrigerarla en la nevera, para al día siguiente darla al bebé”, señala Edna Granados. Sugiere que si la mamá prefiere darle pecho, congele esa leche, para que no se pierda. Si esta la va a mezclar con una que acaba de extraer, lo ideal es enfriarla y ponerlas a una misma temperatura, porque esta alteración puede favorecer el desarrollo de bacterias. Recuerde no guardar grandes cantidades de leche, lo ideal son tres onzas en cada recipiente.

El calentamiento puede realizarse al baño María, pero no directamente en el fogón, para que no se pierdan las propiedades.

Por: Mónica Toro. Redactora ABC del bebé.

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